San Lucas-20

(Reina Valera 1995)

切换到福音影视网-新版圣经

  • 1 Sucedió un día que, enseñando Jesús al pueblo en el Templo y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos,
  • 2 y le hablaron diciendo: —Dinos ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?
  • 3 Respondiendo Jesús, les dijo: —Os haré yo también una pregunta. Respondedme:
  • 4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?
  • 5 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: —Si decimos “del cielo”, dirá: “¿Por qué, pues, no le creísteis?”
  • 6 Y si decimos “de los hombres”, todo el pueblo nos apedreará, porque están persuadidos de que Juan era profeta.
  • 7 Respondieron que no sabían de dónde era.
  • 8 Entonces Jesús les dijo: —Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas.
  • 9 Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: «Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores y se ausentó por mucho tiempo.
  • 10 A su tiempo envió un siervo a los labradores para que le dieran del fruto de la viña, pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.
  • 11 Volvió a enviar otro siervo; pero ellos a éste también golpearon, insultaron y enviaron con las manos vacías.
  • 12 Volvió a enviar un tercer siervo; pero ellos también a éste echaron fuera, herido.
  • 13 »Entonces el señor de la viña dijo: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizás, cuando lo vean a él, le tendrán respeto.”
  • 14 Pero los labradores, al verlo, discutían entre sí, diciendo: “Éste es el heredero; venid, matémoslo para que la heredad sea nuestra.”
  • 15 Lo echaron fuera de la viña y lo mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña?
  • 16 Irá, destruirá a estos labradores y dará su viña a otros.» Cuando ellos oyeron esto, dijeron: —¡Dios nos libre!
  • 17 Pero él, mirándolos, dijo: —¿Qué, pues, es lo que está escrito?: »“La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo.”
  • 18 »Todo el que caiga sobre aquella piedra, será quebrantado; pero sobre quien ella caiga, lo desmenuzará.
  • 19 En aquella hora, los principales sacerdotes y los escribas procuraban echarle mano, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temían al pueblo.
  • 20 Y, acechándolo, enviaron espías que simularan ser justos, a fin de sorprenderlo en alguna palabra, para entregarlo al poder y autoridad del gobernador.
  • 21 Le preguntaron, diciendo: —Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.
  • 22 ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?
  • 23 Pero él, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo: —¿Por qué me tentáis?
  • 24 Mostradme la moneda. ¿De quién es la imagen y la inscripción? Respondiendo dijeron: —De César.
  • 25 Entonces les dijo: —Pues dad a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.
  • 26 Y no pudieron sorprenderlo en palabra alguna delante del pueblo, sino que, maravillados de su respuesta, callaron.
  • 27 Se acercaron entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan que haya resurrección, y le preguntaron,
  • 28 diciendo: —Maestro, Moisés nos escribió: “Si el hermano de alguno muere teniendo mujer y no deja hijos, que su hermano se case con ella y levante descendencia a su hermano.”
  • 29 Hubo, pues, siete hermanos: el primero tomó esposa y murió sin hijos.
  • 30 Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos.
  • 31 La tomó el tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.
  • 32 Finalmente murió también la mujer.
  • 33 En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
  • 34 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: —Los hijos de este siglo se casan y se dan en casamiento,
  • 35 pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni se dan en casamiento,
  • 36 porque ya no pueden morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la resurrección.
  • 37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob,
  • 38 porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.
  • 39 Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: —Maestro, bien has dicho.
  • 40 Y no osaron preguntarle nada más.
  • 41 Entonces él les dijo: —¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David?,
  • 42 pues el mismo David dice en el libro de los Salmos: »“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi diestra,
  • 43 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.’”
  • 44 »David, pues, lo llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?
  • 45 Oyéndolo todo el pueblo, dijo a sus discípulos:
  • 46 —Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, aman las salutaciones en las plazas, las primeras sillas en las sinagogas y los primeros asientos en las cenas;
  • 47 que devoran las casas de las viudas y, por pretexto, hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.
回到本卷目录 回到本版本目录 回到首页