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Dice el necio en su corazón: «No hay Dios.» Están corrompidos, sus obras son detestables; no hay uno solo que haga lo bueno!2
Desde el cielo el SEÑOR contempla a los mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios.3
Pero todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; no hay uno solo!4
¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo, los que devoran a mi pueblo como si fuera pan? Jamás invocan al SEÑOR!5
Allí los tienen, sobrecogidos de miedo, pero Dios está con los que son justos.6
Ustedes frustran los planes de los pobres, pero el SEÑOR los protege.7
Quiera Dios que de Sión venga la salvación de Israel! Cuando el SEÑOR restaure a su pueblo, Jacob se regocijará, Israel se alegrará!