1
¿Hasta cuándo, SEÑOR, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?2
¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón? ¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando?3
SEÑOR y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos. Así no caeré en el sueño de la muerte;4
así no dirá mi enemigo: «Lo he vencido»; así mi adversario no se alegrará de mi caída.5
Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación.6
Canto salmos al SEÑOR. El SEÑOR ha sido bueno conmigo!