Hechos-2

(Reina Valera 1995)

切换到福音影视网-新版圣经

  • 1 Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos.
  • 2 De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban;
  • 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
  • 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran.
  • 5 Vivían entonces en Jerusalén judíos piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
  • 6 Al oír este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
  • 7 Estaban atónitos y admirados, diciendo: —Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
  • 8 ¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
  • 9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto y Asia,
  • 10 Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,
  • 11 cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
  • 12 Estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: —¿Qué quiere decir esto?
  • 13 Pero otros, burlándose, decían: —Están borrachos.
  • 14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: «Judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras,
  • 15 pues estos no están borrachos, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
  • 16 Pero esto es lo dicho por el profeta Joel:
  • 17 »“En los postreros días —dice Dios—, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños;
  • 18 y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas, en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
  • 19 Y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre, fuego y vapor de humo;
  • 20 el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y glorioso.
  • 21 Y todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo”.
  • 22 »Israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;
  • 23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándolo.
  • 24 Y Dios lo levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuera retenido por ella,
  • 25 pues David dice de él: »“Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.
  • 26 Por lo cual mi corazón se alegró y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza,
  • 27 porque no dejarás mi alma en el Hades ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
  • 28 Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia.”
  • 29 »Hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.
  • 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia en cuanto a la carne levantaría al Cristo para que se sentara en su trono,
  • 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades ni su carne vio corrupción.
  • 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
  • 33 Así que, exaltado por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
  • 34 David no subió a los cielos, pero él mismo dice: »“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi diestra
  • 35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.’”
  • 36 »Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Cristo.»
  • 37 Al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué haremos?
  • 38 Pedro les dijo: —Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo,
  • 39 porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llame.
  • 40 Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: —Sed salvos de esta perversa generación.
  • 41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas.
  • 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
  • 43 Sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
  • 44 Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas:
  • 45 vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
  • 46 Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
  • 47 alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
回到本卷目录 回到本版本目录 回到首页