Jeremías-9

(Reina Valera 1995)

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  • 1 ¡Ay, si mi cabeza se hiciera agua y mis ojos fuentes de lágrimas, para llorar día y noche a los muertos de la hija de mi pueblo!
  • 2 ¡Ay, quién me diera en el desierto un albergue de caminantes, para abandonar a mi pueblo y apartarme de ellos!, porque todos ellos son adúlteros, una congregación de traidores.
  • 3 Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la tierra, porque de mal en mal procedieron. «Me han desconocido», dice Jehová.
  • 4 Guárdese cada cual de su compañero y en ningún hermano tenga confianza, porque todo hermano engaña falazmente y todo compañero anda calumniando.
  • 5 Cada uno engaña a su compañero y ninguno dice la verdad. Han acostumbrado su lengua a decir mentiras y se ocupan de actuar perversamente.
  • 6 «Su morada está en medio del engaño; engañadores como son, no quisieron conocerme», dice Jehová.
  • 7 Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos: «Yo los refinaré y los probaré, porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo?
  • 8 Saeta aguda es la lengua de ellos: solo habla engaño. Con su boca dicen: “Paz” al amigo, pero dentro de sí le ponen asechanzas.
  • 9 ¿No los he de castigar por estas cosas?, dice Jehová. De tal nación, ¿no se vengará mi alma?
  • 10 »Por los montes levantaré lloro y lamentación, y llanto por los pastizales del desierto, porque han sido desolados hasta no quedar quien pase ni oírse el bramido del ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, se fueron.
  • 11 »Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, a una guarida de chacales, y convertiré las ciudades de Judá en una desolación donde no quede un solo morador.»
  • 12 ¿Quién es hombre sabio que entienda esto?, o ¿a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como un desierto, hasta no haber quien pase por ella?
  • 13 Dijo Jehová: «Dejaron mi Ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz ni caminaron conforme a ella;
  • 14 antes bien, se fueron tras la imaginación de su corazón y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres.
  • 15 Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: A este pueblo yo les daré a comer ajenjo y les daré a beber aguas envenenadas.
  • 16 Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré la espada en pos de ellos, hasta que los acabe.»
  • 17 Así dice Jehová de los ejércitos: «Sed sabios y haced venir a las plañideras; buscad a las hábiles en su oficio.»
  • 18 ¡Que se den prisa y levanten llanto por nosotros! ¡Desháganse nuestros ojos en lágrimas, y nuestros párpados destilen aguas!,
  • 19 porque de Sión fue oída una voz de lamentación: «¡Cómo hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados, porque abandonamos la tierra, porque han destruido nuestras moradas.»
  • 20 Oíd, pues, mujeres, palabra de Jehová; reciba vuestro oído la palabra de su boca. Enseñad lamentaciones a vuestras hijas y un canto fúnebre cada una a su amiga,
  • 21 porque la muerte ha subido por nuestras ventanas y ha entrado en nuestros palacios, para exterminar a los niños en las calles, a los jóvenes en las plazas.
  • 22 Di: «Así dice Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del campo, como manojos tras el segador, y no hay quien los recoja.»
  • 23 Así ha dicho Jehová: «No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
  • 24 Mas alábese en esto el que haya de alabarse: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra, porque estas cosas me agradan, dice Jehová.»
  • 25 «Vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado y a todo incircunciso;
  • 26 a Egipto y a Judá, a Edom, a los hijos de Amón y de Moab, y a todos los que se rapan las sienes, los que habitan en el desierto, porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.»
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