Jeremías-6

(Reina Valera 1995)

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  • 1 ¡Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén! ¡Tocad bocina en Tecoa! ¡Alzad señales de humo sobre Bet-haquerem!, porque del norte asoma el mal, un gran quebrantamiento.
  • 2 Destruiré a la bella y delicada hija de Sión.
  • 3 Contra ella vendrán pastores con sus rebaños; junto a ella y a su alrededor plantarán sus tiendas. Cada uno apacentará su manada.
  • 4 «¡Anunciad guerra contra ella! ¡Levantaos! ¡Asaltémosla a mediodía! ¡Ay de nosotros, que va cayendo el día y las sombras de la tarde se han extendido!
  • 5 ¡Levantaos! ¡Asaltemos de noche y destruyamos sus palacios!»
  • 6 Así dijo Jehová de los ejércitos: «Cortad árboles y levantad un terraplén contra Jerusalén. Ésta es la ciudad que ha de ser castigada, pues toda ella está llena de violencia.
  • 7 Como de la fuente nunca cesan de manar las aguas, así de ella nunca cesa de manar la maldad; injusticia y robo se oyen en ella; continuamente en mi presencia hay enfermedad y herida.
  • 8 ¡Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desierto, en tierra deshabitada!»
  • 9 Así dijo Jehová de los ejércitos: «Del todo rebuscarán como a vid al resto de Israel; vuelve a pasar tu mano como vendimiador entre los sarmientos.»
  • 10 «¿A quién hablaré y amonestaré, para que escuchen? Sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; y la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, ¡no la aman!
  • 11 Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme. »Derrámala sobre los niños en la calle, e igualmente sobre la reunión de los jóvenes, porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo como el muy anciano.
  • 12 Sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres, porque yo extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová.
  • 13 »Desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.
  • 14 Curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: “Paz, paz”, ¡pero no hay paz!
  • 15 ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.»
  • 16 Así dijo Jehová: «Paraos en los caminos, mirad y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino. Andad por él y hallaréis descanso para vuestra alma.» Mas dijeron: «¡No andaremos!»
  • 17 «Puse también sobre vosotros atalayas, que dijeran: “¡Estad atentos al sonido de la trompeta!” Y ellos dijeron: “¡No lo estaremos!”»
  • 18 Por tanto, oíd, naciones, y entended, congregación, lo que sucederá.
  • 19 «Oye, tierra: Yo traigo el mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos, porque no escucharon mis palabras y aborrecieron mi Ley.
  • 20 ¿Para qué me traéis este incienso de Sabá y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables ni vuestros sacrificios me agradan.»
  • 21 Por tanto, Jehová dice esto: «Yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán.»
  • 22 Así ha dicho Jehová: «Un pueblo viene de la tierra del norte, una nación grande se levantará de los confines de la tierra.
  • 23 Arco y lanza empuñarán; crueles son, y no tendrán compasión; su estruendo brama como el mar, y montan a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, hija de Sión.»
  • 24 Al oír de su fama, nuestras manos se han descoyuntado. De nosotros se ha apoderado la angustia, un dolor como de mujer que está de parto.
  • 25 ¡No salgas al campo ni andes por el camino, porque espada de enemigo y temor hay por todas partes!
  • 26 ¡Hija de mi pueblo, cíñete de ropas ásperas y revuélcate en ceniza! ¡Ponte de luto como por el hijo único, y llora amargamente, porque pronto vendrá sobre nosotros el destructor!
  • 27 «Por fortaleza y por torre de vigilancia te he puesto en mi pueblo: conoce, pues, y examina el camino de ellos.»
  • 28 Todos ellos son rebeldes, porfiados y calumniadores. Son bronce y hierro; todos ellos son corruptores.
  • 29 Se quemó el fuelle, por el fuego se ha consumido el plomo; en vano fundió el fundidor, pues la escoria no se ha desprendido.
  • 30 Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó.
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