1
A ti clamaré, Jehová. ¡Roca mía, no te desentiendas de mí, no sea que, dejándome tú, llegue a ser semejante a los que descienden al sepulcro!
2
Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo Templo.
3
No me arrebates juntamente con los malos y con los que hacen iniquidad. Ellos hablan paz con sus prójimos, pero la maldad está en su corazón.
4
Dales conforme a su obra y conforme a la perversidad de sus hechos. Dales su merecido conforme a la obra de sus manos.
5
Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová ni a la obra de sus manos, ¡él los derribará y no los edificará!
6
¡Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos!
7
Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón. Con mi cántico lo alabaré.
8
Jehová es la fortaleza de su pueblo y el refugio salvador de su ungido.
9
Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; pastoréalos y susténtalos para siempre.