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Respondió entonces Bildad de Súah:2
«¿Cuándo pondrás fin a tanta palabrería? Entra en razón, y entonces hablaremos.3
¿Por qué nos tratas como si fuéramos bestias? ¿Por qué nos consideras unos tontos?4
Es tal tu enojo que te desgarras el alma; mas no por ti quedará desierta la tierra, ni se moverán de su lugar las rocas!5
»La lámpara del malvado se apagará; la llama de su fuego dejará de arder.6
Languidece la luz de su morada; la lámpara que lo alumbra se apagará.7
El vigor de sus pasos se irá debilitando; sus propios planes lo derribarán.8
Sus pies lo harán caer en una trampa, y entre sus redes quedará atrapado.9
Quedará sujeto por los tobillos; quedará atrapado por completo.10
Un lazo le espera escondido en el suelo; una trampa está tendida a su paso.11
El terror lo asalta por doquier, y anda tras sus pasos.12
La calamidad lo acosa sin descanso; el desastre no lo deja un solo instante.13
La enfermedad le carcome el cuerpo; la muerte le devora las manos y los pies.14
Lejos de la seguridad de su morada, marcha ahora hacia el rey de los terrores.15
El fuego se ha apoderado de su carpa; hay azufre ardiente esparcido en su morada.16
En el tronco, sus raíces se han secado; en la copa, sus ramas se marchitan.17
Borrada de la tierra ha sido su memoria; de su fama nada queda en el país.18
De la luz es lanzado a las tinieblas; ha sido expulsado de este mundo.19
No tiene entre su pueblo hijos ni parientes; nadie le sobrevive donde él habitó.20
Del oriente al occidente los pueblos se asombran de su suerte y se estremecen de terror.21
Así es la morada del malvado, el lugar del que no conoce a Dios.»