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Palabras del rey Lemuel, oráculo que le enseñó su madre.2
¿Qué, hijo mío? ¿Qué, hijo de mis entrañas? ¿Qué, hijo de mis votos?3
No des tu vigor a las mujeres, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.4
No es para los reyes, oh Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los gobernantes desear bebida fuerte;5
no sea que beban y olviden lo que se ha decretado, y perviertan los derechos de todos los afligidos.6
Dad bebida fuerte al que está pereciendo, y vino a los amargados de alma.7
Que beba y se olvide de su pobreza, y no recuerde más su aflicción.8
Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desdichados.9
Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende los derechos del afligido y del necesitado.10
Mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas.11
En ella confía el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias.12
Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida.13
Busca lana y lino, y con agrado trabaja con sus manos.14
Es como las naves de mercader, trae su alimento de lejos.15
También se levanta cuando aún es de noche, y da alimento a los de su casa, y tarea a sus doncellas.16
Evalúa un campo y lo compra; con sus ganancias planta una viña.17
Ella se ciñe de fuerza, y fortalece sus brazos.18
Nota que su ganancia es buena, no se apaga de noche su lámpara.19
Extiende sus manos a la rueca, y sus manos toman el huso.20
Extiende su mano al pobre, y alarga sus manos al necesitado.21
No tiene temor de la nieve por los de su casa, porque todos los de su casa llevan ropa escarlata.22
Se hace mantos para sí; su ropa es de lino fino y de púrpura.23
Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra.24
Hace telas de lino y las vende, y provee cinturones a los mercaderes.25
Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro.26
Abre su boca con sabiduría, y hay enseñanza de bondad en su lengua.27
Ella vigila la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad.28
Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, también su marido, y la alaba diciendo:29
Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas.30
Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada.31
Dadle el fruto de sus manos, y que sus obras la alaben en las puertas.