Jueces-13

(Reina Valera 1995)

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  • 1 Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y Jehová los entregó en manos de los filisteos por cuarenta años.
  • 2 En Zora, de la tribu de Dan, había un hombre que se llamaba Manoa. Su mujer nunca había tenido hijos, porque era estéril.
  • 3 A esta mujer se le apareció el ángel de Jehová y le dijo: «Tú eres estéril y nunca has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo.
  • 4 Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda,
  • 5 pues concebirás y darás a luz un hijo. No pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será nazareo para Dios desde su nacimiento, y comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos.»
  • 6 La mujer fue y se lo contó a su marido, diciendo: «Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era muy temible como el de un ángel de Dios. No le pregunté de dónde venía ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
  • 7 Pero sí me dijo: “He aquí que tú concebirás y darás a luz un hijo; por tanto, desde ahora no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo para Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.”»
  • 8 Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: «Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel hombre de Dios que enviaste regrese ahora a nosotros y nos enseñe lo que debemos hacer con el niño que ha de nacer.»
  • 9 Dios oyó la voz de Manoa. Hallándose la mujer en el campo, el ángel de Dios vino otra vez a ella; pero Manoa, su marido, no estaba presente.
  • 10 La mujer corrió prontamente a avisar a su marido, diciéndole: «Mira que se me ha aparecido aquel hombre que vino a mí el otro día.»
  • 11 Se levantó Manoa y fue con ella a donde estaba el hombre, y le dijo: —¿Eres tú el hombre que habló con mi mujer? Él respondió: —Yo soy.
  • 12 Entonces Manoa le preguntó: —Cuando tus palabras se cumplan, ¿cuál debe ser la manera de vivir del niño y qué debemos hacer con él?
  • 13 El ángel de Jehová contestó a Manoa: —La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije:
  • 14 No tomará nada que proceda de la vid, no beberá vino ni sidra, ni comerá cosa inmunda. Guardará todo lo que le mandé.
  • 15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: —Te ruego que nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito.
  • 16 El ángel de Jehová respondió a Manoa: —Aunque me detengas, no comeré de tu pan; pero si quieres hacer un holocausto, ofrécelo a Jehová. (Manoa no sabía aún que aquel hombre era el ángel de Jehová.)
  • 17 Entonces preguntó Manoa al ángel de Jehová: —¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?
  • 18 El ángel de Jehová respondió: —¿Por qué preguntas por mi nombre, que es un nombre admirable?
  • 19 Tomó, pues, Manoa un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová. Entonces el ángel hizo un milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.
  • 20 Porque aconteció que cuando la llama subió del altar hacia el cielo, Manoa y su mujer vieron al ángel de Jehová subir en la llama del altar. Entonces se postraron en tierra.
  • 21 Manoa supo entonces que era el ángel de Jehová, pues no se les volvió a aparecer ni a él ni a su mujer.
  • 22 Y dijo Manoa a su mujer: —Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios.
  • 23 Su mujer le respondió: —Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.
  • 24 A su tiempo, la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño creció y Jehová lo bendijo.
  • 25 En los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol, el espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él.
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