Deuteronomio-1

(Reina Valera 1995)

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  • 1 Éstas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán, en el desierto, en el Arabá, frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab.
  • 2 Once jornadas hay desde Horeb, camino de los montes de Seir, hasta Cades-barnea.
  • 3 Y aconteció que a los cuarenta años, el primer día del undécimo mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos,
  • 4 después que derrotó a Sehón, rey de los amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot, en Edrei.
  • 5 De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés proclamar esta ley, diciendo:
  • 6 «Jehová, nuestro Dios, nos habló así en Horeb: “Habéis estado bastante tiempo en este monte.
  • 7 Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates.
  • 8 Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró dar a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, y a su descendencia después de ellos.”
  • 9 »En aquel tiempo yo os hablé y os dije: “Yo solo no puedo llevaros.
  • 10 Jehová, vuestro Dios, os ha multiplicado tanto que hoy vosotros sois tan numerosos como las estrellas del cielo.
  • 11 ¡Jehová, Dios de vuestros padres, os haga mil veces más numerosos de lo que ahora sois y os bendiga, como os ha prometido!
  • 12 ¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos?
  • 13 Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, hombres sabios, entendidos y expertos, para que yo los ponga como vuestros jefes.”
  • 14 »Me respondisteis y dijisteis: “Bueno es hacer lo que has dicho.”
  • 15 »Entonces tomé a los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los puse como jefes sobre vosotros, jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras tribus.
  • 16 Y di a vuestros jueces esta orden: “Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, o un extranjero.
  • 17 No hagáis distinción de persona en el juicio: tanto al pequeño como al grande oiréis. No tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios. La causa que os sea difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré.”
  • 18 »Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habíais de hacer.
  • 19 »Cuando salimos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová, nuestro Dios, nos lo mandó, y llegamos hasta Cades-barnea.
  • 20 Entonces os dije: “Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová, nuestro Dios, nos da.
  • 21 Mira, Jehová, tu Dios, te ha entregado la tierra: sube y toma posesión de ella, como Jehová, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni desmayes.”
  • 22 Pero os acercasteis todos a decirme: “Enviemos hombres delante de nosotros, que reconozcan la tierra y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir y de las ciudades adonde hemos de llegar.”
  • 23 »La propuesta me pareció bien, y tomé doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu.
  • 24 Ellos se encaminaron y subieron al monte; llegaron hasta el valle de Escol y reconocieron la tierra.
  • 25 Tomaron en sus manos de los frutos del país, nos los trajeron y nos dieron este informe: “Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.”
  • 26 Sin embargo, no quisisteis subir, sino que fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, vuestro Dios.
  • 27 Os pusisteis a murmurar en vuestras tiendas, diciendo: “Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo y destruirnos.
  • 28 ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, al decir: ‘Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades son grandes y están amuralladas hasta el cielo. Allí también vimos a los hijos de Anac.’”
  • 29 »Entonces os dije: “No temáis ni tengáis miedo de ellos.
  • 30 Jehová, vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto ante vuestros ojos.
  • 31 En el desierto has visto que Jehová, tu Dios, te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.”
  • 32 Pero ni aun así creísteis a Jehová, vuestro Dios,
  • 33 quien iba delante de vosotros por el camino para buscaros el lugar donde habíais de acampar, con el fuego de noche para mostraros el camino que debías seguir, y con la nube de día.
  • 34 »Cuando Jehová oyó la voz de vuestras palabras, se enojó e hizo este juramento:
  • 35 “Ni un solo hombre de esta mala generación verá la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres,
  • 36 excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y yo le daré a él y a sus hijos la tierra que pisó, porque ha seguido fielmente a Jehová.”
  • 37 »También contra mí se enojó Jehová por vosotros, y me dijo: “Tampoco tú entrarás allá.
  • 38 Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímalo, porque él la entregará a Israel.
  • 39 Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos, que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá; a ellos la daré y ellos la heredarán.
  • 40 Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.”
  • 41 »Entonces respondisteis y me dijisteis: “Hemos pecado contra Jehová. Nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová, nuestro Dios, nos ha mandado.” Os armasteis cada uno con vuestras armas de guerra y os preparasteis para subir al monte.
  • 42 Pero Jehová me dijo: “Diles: No subáis ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos.”
  • 43 »Yo os hablé, pero no me escuchasteis; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte.
  • 44 Pero salió a vuestro encuentro el amorreo que habitaba en aquel monte, os persiguieron como hacen las avispas y os derrotaron en Seir hasta llegar a Horma.
  • 45 Entonces volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz ni os prestó atención.
  • 46 Por eso os tuvisteis que quedar en Cades todo ese tiempo que habéis estado allí.
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