Juan-10

(Reina Valera 1995)

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  • 1 »De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
  • 2 Pero el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
  • 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre y las saca.
  • 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
  • 5 Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
  • 6 Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les quería decir.
  • 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: —De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
  • 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores, pero no los oyeron las ovejas.
  • 9 Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos.
  • 10 El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
  • 11 »Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
  • 12 Pero el asalariado, que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
  • 13 Así que el asalariado huye porque es asalariado y no le importan las ovejas.
  • 14 »Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
  • 15 así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
  • 16 Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; a ésas también debo atraer y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.
  • 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar.
  • 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
  • 19 Volvió a haber división entre los judíos por estas palabras.
  • 20 Muchos de ellos decían: —Demonio tiene y está fuera de sí. ¿Por qué lo oís?
  • 21 Decían otros: —Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
  • 22 Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
  • 23 y Jesús andaba en el Templo por el pórtico de Salomón.
  • 24 Lo rodearon los judíos y le dijeron: —¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
  • 25 Jesús les respondió: —Os lo he dicho, y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
  • 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
  • 27 Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen;
  • 28 yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
  • 29 Mi Padre, que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
  • 30 El Padre y yo uno somos.
  • 31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearlo.
  • 32 Jesús les respondió: —Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
  • 33 Le respondieron los judíos, diciendo: —Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
  • 34 Jesús les respondió: —¿No está escrito en vuestra Ley: “Yo dije, dioses sois”?
  • 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
  • 36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: “Tú blasfemas”, porque dije: “Hijo de Dios soy”?
  • 37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
  • 38 Pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en el Padre.
  • 39 Intentaron otra vez prenderlo, pero él se escapó de sus manos.
  • 40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí.
  • 41 Muchos acudían a él, y decían: —Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad.
  • 42 Y muchos creyeron en él allí.
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