Números-22

(Reina Valera 1995)

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  • 1 Partieron los hijos de Israel y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
  • 2 Vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo,
  • 3 y sintió Moab un gran temor por aquel pueblo, pues era muy numeroso. Se angustió Moab a causa de los hijos de Israel,
  • 4 y dijo a los ancianos de Madián: «Ahora esta gente va a devorar todos nuestros contornos, como devora el buey la grama del campo.» Balac hijo de Zipor, que entonces era rey de Moab,
  • 5 envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamaran, diciendo: «Un pueblo que ha salido de Egipto cubre toda la tierra y se ha establecido frente a mí.
  • 6 Ven pues, ahora, te ruego, y maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra, pues yo sé que el que tú bendigas bendito quedará, y el que tú maldigas maldito quedará.»
  • 7 Partieron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas de adivinación en sus manos. Llegaron a Balaam y le comunicaron las palabras de Balac.
  • 8 Balaam les respondió: —Reposad aquí esta noche, y yo os responderé según Jehová me hable. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.
  • 9 Entonces se le apareció Dios a Balaam y le preguntó: —¿Quiénes son estos que están contigo?
  • 10 Balaam respondió a Dios: —Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme:
  • 11 “Este pueblo que ha salido de Egipto cubre toda la tierra. Ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y echarlo.”
  • 12 Entonces dijo Dios a Balaam: —No vayas con ellos ni maldigas al pueblo, porque bendito es.
  • 13 Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: —Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.
  • 14 Los príncipes de Moab se levantaron, regresaron a donde estaba Balac y le dijeron: —Balaam no quiso venir con nosotros.
  • 15 Otra vez volvió Balac a enviar príncipes, en mayor número y más honorables que los otros,
  • 16 los cuales fueron a ver a Balaam y le dijeron: —Así dice Balac hijo de Zipor: “Te ruego que no dejes de venir a mí,
  • 17 pues sin duda te honraré mucho y haré todo lo que me digas. Ven, pues, ahora, y maldíceme a este pueblo.”
  • 18 Balaam respondió a los siervos de Balac: —Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová, mi Dios, para hacer cosa chica ni grande.
  • 19 Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová.
  • 20 Y se le apareció Dios a Balaam de noche, y le dijo: «Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.»
  • 21 Balaam se levantó por la mañana, ensilló su asna y se fue con los príncipes de Moab.
  • 22 Pero la ira de Dios se encendió porque él iba, y el ángel de Jehová se puso en el camino como un adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos.
  • 23 Cuando el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con la espada desnuda en la mano, se apartó del camino y se fue por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.
  • 24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.
  • 25 Al ver el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam. Él volvió a azotarla.
  • 26 El ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en un sendero angosto donde no había camino para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
  • 27 Cuando el asna vio al ángel de Jehová, se echó al suelo debajo de Balaam. Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.
  • 28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: —¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?
  • 29 —Porque te has burlado de mí —respondió Balaam al asna—. ¡Si tuviera una espada en mi mano, ahora mismo te mataría!
  • 30 El asna dijo a Balaam: —¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo? —No —respondió él.
  • 31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, que vio al ángel de Jehová en medio del camino, con la espada desnuda en la mano. Balaam hizo una reverencia y se postró sobre su rostro.
  • 32 El ángel de Jehová le dijo: —¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? Yo soy el que ha salido a resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí.
  • 33 El asna me ha visto y se ha apartado de mí estas tres veces. Y si de mí no se hubiera apartado, ya te hubiera matado a ti, y a ella la habría dejado viva.
  • 34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: —He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; pero ahora, si te parece mal, yo regresaré.
  • 35 Pero el ángel de Jehová respondió a Balaam: —Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, ésa hablarás. Así Balaam se fue con los príncipes de Balac.
  • 36 Cuando Balac oyó que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al límite de Arnón, en los confines de su territorio.
  • 37 Y Balac dijo a Balaam: —¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has venido ante mí? ¿No puedo yo honrarte?
  • 38 Balaam respondió a Balac: —Mira, ya he venido ante ti; pero ¿podré ahora decir alguna cosa? La palabra que Dios ponga en mi boca, ésa hablaré.
  • 39 Luego fue Balaam con Balac, y llegaron a Quiriat-huzot.
  • 40 Balac hizo matar bueyes y ovejas, y lo envió a Balaam y a los príncipes que estaban con él.
  • 41 Al día siguiente, Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio una parte del pueblo.
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