2 «¿Qué pensáis vosotros, los que en la tierra de Israel usáis este refrán, que dice: »“Los padres comieron las uvas agrias, y a los hijos les dio dentera”?
3 »Vivo yo, dice Jehová, el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel.
4 He aquí que todas las almas son mías: como el alma del padre, así el alma del hijo es mía. El alma que peque, ésa morirá.
5 »El hombre que es justo, que actúa conforme al derecho y la justicia;
6 que no come sobre los montes ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; que no viola a la mujer de su prójimo ni se une a la mujer menstruosa;
7 que no oprime a nadie, sino que al deudor devuelve su prenda; que no comete robo alguno; que da su pan al hambriento y cubre con vestido al desnudo;
8 que no presta con interés o con usura; que retrae su mano de la maldad y practica verdaderamente la justicia entre unos y otros;
9 que camina en mis ordenanzas y guarda mis decretos a fin de actuar rectamente, éste es justo y vivirá, dice Jehová, el Señor.
10 »Pero si engendra un hijo ladrón y sanguinario que hace alguna cosa de éstas,
11 y no hace las otras, sino que come sobre los montes, viola a la mujer de su prójimo,
12 oprime al pobre y necesitado, comete robos y no devuelve la prenda, alza sus ojos hacia los ídolos y comete abominación,
13 presta a interés y con usura, ¿vivirá éste? ¡No vivirá! Todas esas abominaciones cometió y, de cierto, morirá: su sangre caerá sobre él.
14 »Pero si éste engendra un hijo que ve todos los pecados que cometió su padre, pero que, aun viéndolos, no los imita:
15 no come sobre los montes ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, a la mujer de su prójimo no viola,
16 no oprime a nadie, no retiene la prenda ni comete robos, da de su pan al hambriento y cubre con vestido al desnudo,
17 aparta su mano del pobre y no cobra interés o usura, guarda mis decretos y anda en mis ordenanzas, éste no morirá por la maldad de su padre: de cierto vivirá.
18 Pero su padre, por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano e hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá por su maldad.
19 »Y si preguntáis: “¿Por qué el hijo no llevará el pecado de su padre?” Pues porque el hijo actuó conforme al derecho y la justicia, guardó todos mis estatutos y los cumplió, de cierto vivirá.
20 El alma que peque, ésa morirá. El hijo no llevará el pecado del padre ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo recaerá sobre él y la impiedad del impío recaerá sobre él.
21 »Pero si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, y guarda todos mis estatutos y actúa conforme al derecho y la justicia, de cierto vivirá: no morirá.
22 Ninguna de las transgresiones que cometió le será recordada; por la justicia que practicó, vivirá.
23 ¿Acaso quiero yo la muerte del impío? dice Jehová, el Señor. ¿No vivirá, si se aparta de sus malos caminos?
24 Pero si el justo se aparta de su justicia, y comete maldad y actúa conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? ¡Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta! Por su infidelidad que cometió, por el pecado que cometió, por ello morirá.
25 »Y si decís: “No es recto el camino del Señor”, oíd ahora, casa de Israel: ¿No es recto mi camino? ¿No son vuestros caminos los torcidos?
26 Apartándose el justo de su justicia y cometiendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá.
27 Pero apartándose el impío de su impiedad que hizo y actuando conforme al derecho y la justicia, hará vivir su alma.
28 Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá: no morirá.
29 Si aún dice la casa de Israel: “No es recto el camino del Señor”; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? ¡Ciertamente, vuestros caminos no son rectos!
30 »Por tanto, casa de Israel, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, dice Jehová, el Señor. Convertíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina.
31 Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel?
32 Porque yo no quiero la muerte del que muere, dice Jehová, el Señor. ¡Convertíos, pues, y viviréis!