Isaías-37

(Reina Valera 1995)

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  • 1 Aconteció, pues, que cuando el rey Ezequías oyó esto rasgó sus vestidos y cubierto de ropas ásperas vino a la casa de Jehová.
  • 2 Y envió a Eliaquim, el mayordomo; a Sebna, el escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de ropas ásperas, a ver al profeta Isaías hijo de Amoz.
  • 3 Ellos le dijeron: —Esto ha dicho Ezequías: “Día de angustia, de castigo y de deshonra es este día, porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, pero la que da a luz no tiene fuerzas.
  • 4 Quizá ha escuchado Jehová, tu Dios, las palabras del copero mayor, al cual el rey de Asiria, su señor, envió para blasfemar contra el Dios vivo; y él lo castigará por las palabras que Jehová, tu Dios, haya escuchado. Eleva, pues, una oración tú por el resto que aún ha quedado.”
  • 5 Vinieron, pues, los siervos de Ezequías a Isaías.
  • 6 Y les dijo Isaías: —Decid a vuestro señor que así ha dicho Jehová: “No temas por las palabras que has oído, con las cuales han blasfemado contra mí los siervos del rey de Asiria.
  • 7 He aquí que yo pondré en él un espíritu, oirá un rumor y se volverá a su tierra; y haré que en su tierra perezca a espada.”
  • 8 Vuelto, pues, el copero mayor, halló al rey de Asiria que combatía contra Libna, porque ya había oído que se había apartado de Laquis.
  • 9 Pero oyó decir de Tirhaca, rey de Etiopía: «He aquí que ha salido para hacerte guerra», y al oírlo envió embajadores a Ezequías, diciéndoles:
  • 10 «Así diréis a Ezequías, rey de Judá: “No te engañe tu Dios, en quien tú confías, diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.’
  • 11 He aquí que tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, que las han destruido. ¿Y escaparás tú?
  • 12 ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que destruyeron mis antepasados, a Gozán, Harán, Resef y a los hijos de Edén que moraban en Telasar?
  • 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, el de Hena y el de Iva?”»
  • 14 Tomó Ezequías las cartas de manos de los embajadores y las leyó. Luego subió a la casa de Jehová y las extendió delante de Jehová.
  • 15 Entonces Ezequías oró a Jehová diciendo:
  • 16 «Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.
  • 17 Inclina, Jehová, tu oído, y oye; abre, Jehová, tus ojos, y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado a decir, para blasfemar contra el Dios viviente.
  • 18 Ciertamente, Jehová, los reyes de Asiria han destruido todas las tierras y sus comarcas
  • 19 y han entregado los dioses de ellos al fuego, porque no eran dioses sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los destruyeron.
  • 20 Ahora pues, Jehová, Dios nuestro, líbranos de sus manos, para que todos los reinos de la tierra conozcan que solo tú eres Jehová.»
  • 21 Entonces Isaías hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: —Así ha dicho Jehová, Dios de Israel, acerca de lo que me rogaste sobre Senaquerib, rey de Asiria.
  • 22 Éstas son las palabras que Jehová ha hablado contra él: “La virgen hija de Sión te menosprecia, se burla de ti; a tus espaldas mueve su cabeza la hija de Jerusalén.
  • 23 ¿A quién ultrajaste y contra quién blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz y levantado tus ojos con altivez? ¡Contra el Santo de Israel!
  • 24 Por medio de tus siervos has ultrajado al Señor y has dicho: ‘Con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegaré hasta sus más elevadas cumbres, a su bosque más frondoso.
  • 25 Yo cavé y bebí las aguas, y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de Egipto.’
  • 26 ¿No has oído decir que desde tiempos antiguos yo lo hice, que desde los días de la antigüedad lo tengo planeado? Pues ahora lo he hecho venir. Y tú estás puesto para reducir las ciudades fortificadas a montones de escombros.
  • 27 Sus moradores fueron de corto poder. Acobardados y confusos, fueron como hierba del campo y hortaliza verde, como heno de los terrados, que antes de sazón se seca.
  • 28 He conocido tu condición, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí.
  • 29 Porque contra mí te airaste y tu arrogancia ha llegado a mis oídos; pondré, pues, mi garfio en tu nariz y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.”
  • 30 »Esto te será por señal: Comeréis este año lo que nace de suyo, el año segundo lo que nace de suyo, pero el tercer año sembraréis y segaréis, plantaréis viñas y comeréis su fruto.
  • 31 Y los que hayan quedado de la casa de Judá, y los que hayan escapado, volverán a echar raíz abajo y darán fruto arriba.
  • 32 Porque de Jerusalén saldrá un resto y del monte Sión los sobrevivientes. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
  • 33 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: “No entrará en esta ciudad ni arrojará saeta en ella; no vendrá delante de ella con escudo ni levantará contra ella baluarte.
  • 34 Por el camino que vino, volverá y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.
  • 35 Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo y por amor a David, mi siervo.”
  • 36 Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, todo era cadáveres.
  • 37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, se fue y se estableció en Nínive.
  • 38 Y aconteció que mientras adoraba en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón, su hijo.
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