Isaías-17

(Reina Valera 1995)

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  • 1 Profecía sobre Damasco: «He aquí que Damasco dejará de ser ciudad; será montón de ruinas.
  • 2 Las ciudades de Aroer están desamparadas; se convertirán en majadas y allí dormirán los rebaños sin que nadie los espante.
  • 3 Cesará la fortificación de Efraín y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel», dice Jehová de los ejércitos.
  • 4 «En aquel tiempo menguará la gloria de Jacob y se enflaquecerá la gordura de su carne.
  • 5 Será como cuando el segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.
  • 6 Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas», dice Jehová, Dios de Israel.
  • 7 Aquel día mirará el hombre a su Hacedor; sus ojos contemplarán al Santo de Israel.
  • 8 Ya no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera ni a las imágenes del sol.
  • 9 Aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación.
  • 10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación y no te acordaste de la roca de tu refugio. Por eso, tu plantarás plantas hermosas, plantarás sarmiento extraño.
  • 11 El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia y del dolor desesperado.
  • 12 ¡Ay, esa multitud de pueblos que harán ruido como el estruendo del mar! ¡Ay, ese bramar de naciones, que será como el bramido de muchas aguas!
  • 13 Los pueblos harán estrépito como el ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; delante del viento serán ahuyentados como el tamo de los montes, como el polvo delante del torbellino.
  • 14 Al tiempo de la tarde, he aquí el terror; pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Ésta es la parte de los que nos aplastan, la suerte de los que nos saquean.
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