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El SEÑOR reina, revestido de esplendor; el SEÑOR se ha revestido de grandeza y ha desplegado su poder. Ha establecido el mundo con firmeza; jamás será removido.2
Desde el principio se estableció tu trono, y tú desde siempre has existido.3
Se levantan las aguas, SEÑOR; se levantan las aguas con estruendo; se levantan las aguas y sus batientes olas.4
Pero el SEÑOR, en las alturas, se muestra poderoso: más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más poderoso que los embates del mar.5
Dignos de confianza son, SEÑOR, tus estatutos; la santidad es para siempre el adorno de tu casa!