1
Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta.2
Te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria.3
Tu amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán.4
Te bendeciré mientras viva, y alzando mis manos te invocaré.5
Mi alma quedará satisfecha como de un suculento banquete, y con labios jubilosos te alabará mi boca.6
En mi lecho me acuerdo de ti; pienso en ti toda la noche.7
A la sombra de tus alas cantaré, porque tú eres mi ayuda.8
Mi alma se aferra a ti; tu mano derecha me sostiene.9
Los que buscan mi muerte serán destruidos; bajarán a las profundidades de la tierra.10
Serán entregados a la espada y acabarán devorados por los chacales.11
El rey se regocijará en Dios; todos los que invocan a Dios lo alabarán, pero los mentirosos serán silenciados.