1
Escucha, SEÑOR, mi oración; atiende a mi súplica. Por tu fidelidad y tu justicia, respóndeme.2
No lleves a juicio a tu siervo, pues ante ti nadie puede alegar inocencia.3
El enemigo atenta contra mi vida: quiere hacerme morder el polvo. Me obliga a vivir en las tinieblas, como los que murieron hace tiempo.4
Ya no me queda aliento; dentro de mí siento paralizado el corazón.5
Traigo a la memoria los tiempos de antaño: medito en todas tus proezas, considero las obras de tus manos.6
Hacia ti extiendo las manos; me haces falta, como el agua a la tierra seca. Selah7
Respóndeme pronto, SEÑOR, que el aliento se me escapa. No escondas de mí tu rostro, o seré como los que bajan a la fosa.8
Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma.9
SEÑOR, líbrame de mis enemigos, porque en ti busco refugio.10
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos.11
Por tu nombre, SEÑOR, dame vida; por tu justicia, sácame de este aprieto.12
Por tu gran amor, destruye a mis enemigos; acaba con todos mis adversarios. Yo soy tu siervo!