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Hastiado estoy de mi vida: daré rienda suelta a mi queja, hablaré en la amargura de mi alma.2
Le diré a Dios: “No me condenes, hazme saber por qué contiendes conmigo.3
“¿Es justo para ti oprimir, rechazar la obra de tus manos, y mirar con favor los designios de los malos?4
“¿Acaso tienes tú ojos de carne, o ves como el hombre ve?5
“¿Son tus días como los días de un mortal, o tus años como los años del hombre,6
para que andes averiguando mi culpa, y buscando mi pecado?7
“Según tu conocimiento ciertamente no soy culpable; sin embargo no hay salvación de tu mano.8
“Tus manos me formaron y me hicieron, ¿y me destruirás?9
“Acuérdate ahora que me has modelado como a barro, ¿y me harás volver al polvo?10
“¿No me derramaste como leche, y como queso me cuajaste?11
“¿No me vestiste de piel y de carne, y me entretejiste con huesos y tendones?12
“Vida y misericordia me has concedido, y tu cuidado ha guardado mi espíritu.13
“Sin embargo, tienes escondidas estas cosas en tu corazón, yo sé que esto está dentro de ti:14
si pecara, me lo tomarías en cuenta, y no me absolverías de mi culpa.15
“Si soy malvado, ¡ay de mí!, y si soy justo, no me atrevo a levantar la cabeza. Estoy harto de deshonra y consciente de mi aflicción.16
“Si mi cabeza se levantara, como león me cazarías, y mostrarías tu poder contra mí.17
“Renuevas tus pruebas contra mí, y te ensañas conmigo; tropas de relevo vienen contra mí.18
“¿Por qué, pues, me sacaste de la matriz? ¡Ojalá que hubiera muerto y nadie me hubiera visto!19
“Sería como si no hubiera existido, llevado del vientre a la sepultura.”20
¿No dejará El en paz mis breves días? Apártate de mí para que me consuele un poco21
antes que me vaya, para no volver, a la tierra de tinieblas y sombras profundas;22
tierra tan lóbrega como las mismas tinieblas, de sombras profundas, sin orden, y donde la luz es como las tinieblas.